Jugando a Game of Thrones

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Juego de Tronos un libro afilado como el acero valirioA Song of ice and fire (1996 – presente) es una saga literaria escrita por George R.R. Martin, ambientada en un mundo fantástico de carácter medieval donde varias casas nobles se disputan el trono de hierro para gobernar el continente de Westeros, que ha sido adaptada en HBO como la serie Game of Thrones (2011 – presente). Las señas de identidad de la obra de Martin son el sexo, la violencia, la política, la fantasía y una cantidad considerable de personajes que pueblan la geografía de este compendio de novelas. Fruto del éxito de los libros y de la ficción televisiva que está arrasando en todo el mundo, surge Juego de Tronos: un libro afilado como el acero valyrio (VV.AA., Errata Naturae, Madrid, 2012) que profundiza en el fenómeno fan de la franquicia, reflexiona sobre el aparato político que reina en Westeros y analiza minuciosamente algunos personajes clave de este gran relato a través de artículos escritos por varios autores.

Esta obra ensayística se abre con el artículo «¡Ponte a escribir, George R.R. Martin!» de Laura Miller en el que la autora trata el fenómeno fan de la saga literaria A Song of ice and fire agrupando a los fans de esta entre los defensores del ritmo de escritura del autor y sus detractores que odian que Martin se demore tanto en terminar las entregas que restan de la saga, ya que temen que fallezca antes de concluirla. Por ello, algunos seguidores de esta obra tienen una relación amor-odio con su creador. Una vez presentada esta dicotomía,  Juego de Tronos: un libro afilado como el acero valyrio se adentra en los aspectos políticos que rigen los siete reinos de Westeros. En «Una partida del juego de tronos» de Marcus Schulzke se analiza el juego de poder que rodea al trono de hierro a través de los conceptos de virtù y fortuna que Nicolás Maquiavelo desarrolla en su tratado de teoría política El príncipe, siendo el equilibrio de estas dos ideas la base para que un gobernante mantenga su estatus como líder. Bajo esta premisa, Schulzke compara a varios personajes de Westeros que ostentan cierto grado de poder o no y qué papel juegan las nociones de virtù y fortuna maquiavélicas.

La primera se fundamenta en adaptarse a los cambios así como tomar decisiones dejando a un lado lo moral, ya que de lo contrario esto puede volverse en contra de un gobernante. De este modo, no existen actos buenos o malos por sí mismos sino en relación a si estos incrementan o reducen el dominio de un líder. Dos ejemplos que muestran como un ser virtuoso y un ser cruel no se sostienen en el poder son Eddard Stark y el rey Joffrey Baratheon, respectivamente, porque el primero perece a causa de su honradez mientras que el segundo es odiado por todo el mundo por su crueldad. Por su parte, la fortuna es la suerte de la que no hay que depender dado que es impredecible. Tras esto, se ofrecen ejemplos vistos en base a las dos ideas que plantea Maquiavelo. Por un lado, Viserys Targaryen no consigue el Trono de Hierro porque su orgullo lo lleva a la muerte mientras que su hermana Daenerys logra adaptarse con rapidez a los cambios que la fortuna le depara tras la muerte de su marido. Cuando enviuda consigue un ejército, tres dragones y, con sus actos, logra que el pueblo dothraki la respete.

En este ambiente político donde hay que adaptarse a los cambios que sufre el poder es importante la información, como señala Guillermo Altares en «Información, espionaje y guerra. La fantasía real de Juego de Tronos», que circula por los Siete Reinos rápidamente a través de cuervos mensajeros o mediante una amplia red de espías como las que usa Petyr Baelish. Esta red de datos en un mundo medieval es vital para conocer los movimientos tanto de enemigos como de aliados y anticiparse a ellos. De este modo, ante un conflicto bélico ganará el bando que sepa darle un uso apropiado a la información que posea porque el conocimiento es poder. Por otro lado, esta delicada facultad debe ser ostentada por un tirano que proteja al reino, como el Rey Loco, evitando guerras como se recoge en «El Maestre Hobbes viaja a Desembarco del Rey» de Greg Littmann sobre la idea de Leviatán de Hobbes. Littmann traslada este concepto del filósofo a Desembarco del Rey y postula y añade que hay que evitar revueltas como la rebelión de Robert Baratheon o la Guerra de los Cinco Reyes, ya que los conflictos bélicos crean más muerte que los actos de un gobernante.

Ligado a la figura del líder, este, en ocasiones puede decidir cuál de sus súbditos está cuerdo y cual está loco como sucede cuando el rey Joffrey Baratheon nombra a Ser Dontos Hollard como bufón loco de la corte. Chad William Timm ahonda sobre esta cuestión en la franquicia creada por Martin en «¡Que cese la locura! Saber, poder y demencia en Canción de hielo y fuego» donde, partiendo de las disquisiciones que realizó Foucault sobre este tema, se aportan ejemplos de A Song of Ice and Fire como el ya mencionado, el del Rey Loco o la locura de madre que sufre Catelyn Stark al liberar a Jaime Lannister que había sido encarcelado por su hijo Robb Stark. Sin embargo, el atributo de demencia de estos casos lo es en tanto que los demás lo etiquetan como tal, ya que también podrían considerarlos como ejemplos de cordura.

Este ambiente lleno de violencia, poder, fantasía e información que configura el juego de tronos que se desarrolla en la saga literaria y en la ficción televisiva está poblado por casas nobles que participan con mayor o menor protagonismo en los cambios de gobernante que viven. Por ejemplo, en «Fantasía en Ivernalia» de Pierre Blanc se enumeran los antecedentes fantásticos que preceden a la concepción de A Song of Ice and Fire, centrándose en Winterfell y en la casa Stark. En el bastión de los señores del norte se respira tradición, honor y abundan las espadas porque Lord Stark es un guerrero que sigue un código de honor que, incluso sabiendo que le llevará a la muerte, no quiebra. Si bien esta familia sería la que representa con mayor fidelidad los valores norteños, y en consecuencia simbolizarían el hielo del título de la saga, en el lado opuesto está la casi extinta casa Targaryen, el fuego, con Daenerys como futura soberana que recuperará el trono que le corresponde por nacimiento.

En la primera temporada de Game of Thrones, este personaje nace una vez antes del principio de la trama y renace dos veces durante ella dando paso a «Las tres vidas de Daenerys Targaryen» de Jorge Carrión. En este ensayo el autor se detiene en los tres momentos de la primera temporada de la serie que sirven como nacimiento para el personaje de Daenerys Targaryen. La primera vida del personaje termina en el exilio con un baño en agua caliente previo a su matrimonio de conveniencia con el  líder Dothraki Kahl Drogo de quién aprenderá su cultura y él la de ella durante su breve relación. Al no poder comunicarse mediante palabras lo hacen con gestos, miradas y sexo. Esta vida termina con un baño de fuego en la pira funeraria de su difunto marido de donde emerge la joven Targaryen inmune al fuego y con tres dragones recién nacidos de los huevos petrificados que le habían regalado para su boda, con lo cual Danerys de la Tormenta se transforma primero en Khalessi para resurgir como la Madre de Dragones.

GoTEn definitiva, los artículos que conforman Juego de Tronos: un libro afilado como el acero valyrio viaja por Westeros para introducirnos en el mundo literario creado por George R.R. Martin, la caracterización de algunos de sus personajes y las bases políticas de las que parte la saga que, ya sea por las novelas o por la serie de HBO, engancha a todo el que la prueba.

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