Inundart comprende propuestas sensoriales. Una de las más únicas es Que se la mengin els coloms (i se la portin a casa) de Glòria Granell. Esta actividad es un story walk. Es decir, un recorrido por las calles de Girona siguiendo las instrucciones de una audición. Dicha pista sonora se tiene que descargar previamente en la página web del evento. Está disponible en castellano, catalán e inglés. Así mismo, la nota informativa sobre esta aventura nos recomienda llevar encima una cajita metálica y migas de pan para las palomas. Una vez descargado de forma gratuita el audio, nos convertimos en protagonistas de la historia que vamos a escuchar.
El punto de partida de nuestro viaje es el número 5 de la calle Bonaventura Carreras i Peralta. Nos colocamos auriculares conectados a nuestro teléfono móvil y pulsamos el play. Empieza la historia. En el relato auditivo conoceremos a tres personajes. Abel, Rosalía y el narrador. Este último nos hará de guía. Cada parte de la historia transcurre en un lugar del casco antiguo gerundense. El espacio moldea la trama. Tenemos aproximadamente treinta minutos para experimentar esta experiencia. El trayecto pasa por la catedral, la plaça dels Lledoners y el Mirador del carrer les dones, entre otros espacios. El día elegido por un servidor para probar esta narración caminante es un domingo al mediodía. Hace calor y los turistas abundan por todas partes. La trama ocurre durante la pandemia de la covid-19.
Abel está dando un paseo hacia la catedral cuando Rosalía lo llama por teléfono para comentarle que ha encontrado su número en la agenda de una difunta que había sido clienta suya en la funeraria donde trabaja. Dado que se trata de un asunto extraoficial, Rosalía le pide discreción a su interlocutor. Él le promete que no dirá nada. La historia se traslada frente a la escalinata de la catedral de Girona. La agenda pertenecía a Esmeralda Bonfill. Conforme avanza la conversación, se descubre que es la madre biológica de Abel que lo abandonó de niño. A los pies de la escalinata de la catedral, Rosalía le cuenta a Abel que su madre ha fallecido y ha sido incinerada. Sus cenizas descansan en el despacho de Rosalía. Abel, sorprendido, le comenta a Rosalía que, si no le importa, le dé esa noticia después de subir por las escaleras de la catedral. Ella acepta y lo hace. Nosotros también. Desde la fachada de la catedral observamos su magnificencia. Nos ponemos en la piel de Abel. Intentamos sentir su dolor, compartir su duelo. Cientos de personas durante el inicio de la pandemia no pudieron despedirse adecuadamente de sus seres queridos. Abel tampoco. Los muertos se acumularon en lugares inhóspitos como si de trastos viejos se tratara. Esta historia cavila sobre cómo se gestionaron estas defunciones masivas. Lee el resto de esta entrada